FOTO ANDRES
La última pieza del puzzle. Una noche mágnifica, donde las nubes no hicierón estación de penitencia.
De temperatura más agradable, transcurrió una noche inolvidable, todo se lució a las mil maravillas. Comenzó con la apretada salida del Cristo de los Remedios y la elegancia con la que los costaleros a sones de Amargura, hiciesen la salida del palio. Este año las chicotas dejaron mella en nuestros corazones.
Destacando la asistencia de público en todos los rincones, salida, callejón, iglesia, utrera...entrada. En todos los lugares se concentraban un abanico de fieles, deseosos de disfrutar de un viernes santo.
Este año la cofradia se recogió un poco más tarde, en torno a las 3 de la mañana, culminando con las entradas de los pasos que fue un arrojo de esfuerzo sin medida por las dos cuadrillas.
Por último destacar, la marcha compuesta por la Banda de Cornetas y Tambores de Marchena y Paradas en honor al Cristo de los Remedios, se escucho en varios momentos del recorrido entre ellos la salida.
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