Tras una gran asistencia de fieles a la salida de la hermandad, la espera se hacia larga, pero al fín pudimos ver en el dintel a nuestro señor del Gran Poder y nuestra Virgen de los Dolores. Haciendo su estación de penitencia sin ninguna incidencia, sino todo lo contrario, demostrando un buen transcurrir de la cofradia. Al señor lo acompaño la banda de cornetas y tambores de Casariche y a la Virgen, la banda municipal de nuestro pueblo, demostrando cada vez más su talento, haciendonos valedores de precensiar la interpretación de inmumerables marchas, donde los costaleros supieron darle forma. Una delicia para todos los cofrades.
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