martes, 21 de septiembre de 2010

BEATIFICACIÓN MADRE MARIA DE LA PURISIMA.

Muy de mañana comenzó el día del pasado sábado 18 de Septiembre, día que quedará grabado en nuestra memoria para siempre. A las 6 de la mañana partimos para Sevilla, con un poco de sueño, pero con mucha ilusión y muchísima fe para disfrutar del día en que otra Hermana de La Cruz subirá a los altares.Una hora más tarde llegamos al magnífico Estadio Olímpico de Sevilla y ya sentados en nuestros asientos, nos preparamos a quitarnos un poco de sueño con un buen café y unos dulces típicos de nuestro pueblo. Recompuestos del cansancio y casi sin darnos cuenta hizo aparición la Madre de Dios, La Macarena, en un singular paso ya que venía desprovista de su maravilloso palio. A las 10:30 dio comienzo solemne Eucaristía presidida por Su Excelencia Reverendísima el Arzobispo Prefecto de la Congregación para las causas de los Santos Angelo Amato representante del Santo Padre Benedicto XVI. Después de las palabras de bienvenida por parte de nuestro Arzobispo Don Juan José Asenjo comienza el rito de la Beatificación pidiendo al Santo Padre que se digne a inscribir en el libro de los Beatos a la Venerable Madre María de La Purísima. Acontinuación el Prefecto lee la carta donde Benedicto XVI inscribe a Madre María en dicho libro. Hay que destacar que durante la celebración de la Solemne Misa una niña llamada Ana María Rodriguez Casado ( la niña en la que Madre María de la Purísima obró el milagro)tomo su primera comunión. También destacar las innumerables muestras de afecto y cariño hacia las hermanas de la cruz durante todo el acto y el gran numero de aplausos recibidos, llegando a interrumpir en varias ocasiones al Prefecto y a nuestro Arzobispo. A la conclusión de Santa Misa la Virgen de la Macarena fue llevada por los costaleros hasta una capilla instalada en el estadio, para después a partir de las 18:30 dar comienzo a una procesión hasta su basilica pasando por un itinerario inédito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Otra leccion de éstas Santas Mujeres.
Que orgullo de haber estado allí.
Gracias, por siempre.Gracias Hermanas